Uno de los problemas que evitan que las impresoras 3D se fabriquen en masa y se conviertan en periféricos populares es su precio. Uno podría pensar que esto es debido a que este tipo de inventos son difíciles y caros de fabricar, pero resulta que había otro obstáculo que las encarecía y que está a punto de desaparecer mágicamente: algunas de las patentes bajo las que se fabrican las impresoras 3D están a punto de expirar en unos meses. El resultado inmediato será que estos periféricos reduzcan su precio sensiblemente.
Ya se sabe que cuando un nuevo invento se populariza y existe una demanda comercial alta, los precios de fabricación se reducen, de hecho es fácil imaginar que en un futuro no muy lejano quizás las impresoras 3D sirvan para fabricar a su vez otras impresoras 3D siguiendo algún tipo de ‘reproducción’ artificial.
De momento, lo que va a reducir su precio van a ser concretamente la expiración de un grupo de patentes. Una de ellas data de 1992 y se basa en una técnica llamada FDM que permite replicar en 3D un diseño digital. Esta primera patente ya expiró hace pocos años.
Cuando estas patentes relacionadas con FDM caducaron, el precio de las impresoras cayó desde varios miles de euros a varios cientos, esto da una idea de hasta qué punto las patentes han sido un obstáculo para las impresoras 3D.
La noticia interesante es que otra batería de patentes extra va a caducar en 2014, algunas de ellas relacionadas con una técnica de sinterización vía láser que ayuda a que los modelos 3D sean más compactos de una forma económica.
El hecho de que esta tecnología de sinterización se abarate tanto implica que las empresas de todo el mundo podrán producir impresoras 3D a precios mucho más baratos, esto incluye a países como China. Así que espera de aquí a nada que puedas tener una de estas impresoras en casa a un precio realmente bajo.
¿Para qué te va a servir esto? Imagina tener una impresora 3D en casa y fabricarte a medida tus propios zapatos, armas de asalto e incluso prepararte un plato de comida.
[Vía]
Ya se sabe que cuando un nuevo invento se populariza y existe una demanda comercial alta, los precios de fabricación se reducen, de hecho es fácil imaginar que en un futuro no muy lejano quizás las impresoras 3D sirvan para fabricar a su vez otras impresoras 3D siguiendo algún tipo de ‘reproducción’ artificial.
De momento, lo que va a reducir su precio van a ser concretamente la expiración de un grupo de patentes. Una de ellas data de 1992 y se basa en una técnica llamada FDM que permite replicar en 3D un diseño digital. Esta primera patente ya expiró hace pocos años.
Cuando estas patentes relacionadas con FDM caducaron, el precio de las impresoras cayó desde varios miles de euros a varios cientos, esto da una idea de hasta qué punto las patentes han sido un obstáculo para las impresoras 3D.
La noticia interesante es que otra batería de patentes extra va a caducar en 2014, algunas de ellas relacionadas con una técnica de sinterización vía láser que ayuda a que los modelos 3D sean más compactos de una forma económica.
El hecho de que esta tecnología de sinterización se abarate tanto implica que las empresas de todo el mundo podrán producir impresoras 3D a precios mucho más baratos, esto incluye a países como China. Así que espera de aquí a nada que puedas tener una de estas impresoras en casa a un precio realmente bajo.
¿Para qué te va a servir esto? Imagina tener una impresora 3D en casa y fabricarte a medida tus propios zapatos, armas de asalto e incluso prepararte un plato de comida.
[Vía]
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