Conseguir que un objeto pueda levitar como mágicamente utilizando solo un haz de luz ya no es ciencia-ficción, al menos a pequeña escala. Unos científicos de la Universidad de Rochester han conseguido que un pequeño diamante flote en el aire tan solo aplicando luz. Eso sí, no imagines aquí una gran piedra preciosa flotante, sino una minúscula partícula, pero aun así eso de hacer levitar un diamante no deja de parecer increíble.
La parte más interesante es que este experimento no tiene solo un fin ‘circense’, sino que tiene utilidades prácticas. Según los científicos al cargo del experimento, esta técnica abre la puerta al diseño y fabricación de ordenadores cuánticos, aplicando dos haces de luz diferentes sobre un mismo diamante.
Se podría codificar información en uno de estos diamantes midiendo la vibración y la luz que emiten mediante dos haces diferentes de láser. Si además consigues que estas partículas de diamante leviten en el aire el sistema es mucho más sencillo, porque ni siquiera tendrían que estar en contacto con otras estructuras para realizar las mediciones y además mantenerlos a las bajas temperaturas que requieren los sistemas basados en física cuántica. Imagina ordenadores cuánticos en el futuro cuyo hardware esté compuesto en parte por pequeños diamantes que levitan en el interior. Como poco podrías esperar que fueran demasiado caros para la mayoría de bolsillos. Link
La parte más interesante es que este experimento no tiene solo un fin ‘circense’, sino que tiene utilidades prácticas. Según los científicos al cargo del experimento, esta técnica abre la puerta al diseño y fabricación de ordenadores cuánticos, aplicando dos haces de luz diferentes sobre un mismo diamante.
Se podría codificar información en uno de estos diamantes midiendo la vibración y la luz que emiten mediante dos haces diferentes de láser. Si además consigues que estas partículas de diamante leviten en el aire el sistema es mucho más sencillo, porque ni siquiera tendrían que estar en contacto con otras estructuras para realizar las mediciones y además mantenerlos a las bajas temperaturas que requieren los sistemas basados en física cuántica. Imagina ordenadores cuánticos en el futuro cuyo hardware esté compuesto en parte por pequeños diamantes que levitan en el interior. Como poco podrías esperar que fueran demasiado caros para la mayoría de bolsillos. Link
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