Parece que estamos a un paso de que las impresoras 3D se conviertan en uno de esos dispositivos tan habituales como un ordenador, un smartphone o una lavadora. Los únicos problemas que presentan este tipo de periféricos es que todavía son caras, los resultados no son muy perfectos y, encima, los materiales plásticos que utilizan son tóxicos. La buena noticia es que una nueva generación de impresoras 3D está ahí lista para pugnar por un hueco en un mercado que todavía está por venir. Los modelos que se consiguen son increíblemente detallistas, en color y, además, utilizan como materia prima hojas de papel, como las impresoras 2D de toda la vida.
La compañía detrás de este nuevo concepto se llama Mcor Techologies, lejos de marcas conocidas pero con una idea que podría revolucionar el mundo de la impresión 3D. El resultado de la impresión que se consigue es muy detallista, permitiendo crear réplicas casi perfectas de objetos reales, prototipos de productos, etc.
El hecho de que utilice papel como materia prima no implica que el resultado final sea endeble. La impresora va produciendo láminas que luego son pegadas automáticamente, así que el el modelo que obtienes es bastante compacto, aunque ligero. Una vez que has obtenido uno modelo impreso, puedes destruirlo para reciclarlo y volver a utilizarlo en otra impresión.
De momento, el prototipo actual se dispara y supera los 10.000 euros de precio, demasiado para el bolsillo medio, pero como cualquier otra tecnología podría reducirse su coste en el momento en el que se fabricaran unidades a nivel industrial. [Vía]
La compañía detrás de este nuevo concepto se llama Mcor Techologies, lejos de marcas conocidas pero con una idea que podría revolucionar el mundo de la impresión 3D. El resultado de la impresión que se consigue es muy detallista, permitiendo crear réplicas casi perfectas de objetos reales, prototipos de productos, etc.
El hecho de que utilice papel como materia prima no implica que el resultado final sea endeble. La impresora va produciendo láminas que luego son pegadas automáticamente, así que el el modelo que obtienes es bastante compacto, aunque ligero. Una vez que has obtenido uno modelo impreso, puedes destruirlo para reciclarlo y volver a utilizarlo en otra impresión.
De momento, el prototipo actual se dispara y supera los 10.000 euros de precio, demasiado para el bolsillo medio, pero como cualquier otra tecnología podría reducirse su coste en el momento en el que se fabricaran unidades a nivel industrial. [Vía]
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