De vez en cuando aparecen ideas pensadas para solucionar el hambre en el mundo, muchas de ellas son imaginativas y quizás alguna llegue algún día a buen puerto. Por otro lado encuentras otras que cruzas los dedos para que queden solo en eso, un concepto. Una de estas ideas es lo que ves en la imagen inferior, algo que podría parecer que forma parte de algún sistema de tortura, pero que en realidad se trata de un invento ideado para darte de comer de forma continua, cada vez que tengas hambre.
El aspecto de esta máscara parece que está hecho a posta para darle un toque futurista, pero en realidad no es una mera cuestión de diseño estético sino funcional.
Toda esa serie de tubos que ves justo delante de la cara de la modelo están ahí para captar el CO2 que se inhala al respirar. Ese CO2 pasa a través de los tubos hasta llegar a un pequeño depósito en la parte posterior.
En este depósito lo que encuentras es un cultivo de algas que viven gracias al CO2 que reciben y a la luz solar que reciben de forma natural. Las algas van creciendo gracias a tu respiración para que al final, irónicamente, acaben siendo devoradas por la persona que les ha estado dando la vida con su aliento, literalmente.
El diseño viene a cargo de Michael Burton y Michiko Nitta quienes utilizan el invento en una de esas curiosas representaciones ‘artísticas’, donde al final de la obra se les permite a los asistentes que degusten las algas.
Solo parte de un espectáculo casi circense, pero lo inquietante es que la idea funciona y algún prototipo similar (quizás no tan aparatoso) podría llegar a prosperar como sistema alternativo de alimento de masas en una futura Tierra super-poblada. ¿Qué tal suena llevar tu propio cultivo a cuestas? [Link, vía]
El aspecto de esta máscara parece que está hecho a posta para darle un toque futurista, pero en realidad no es una mera cuestión de diseño estético sino funcional.
Toda esa serie de tubos que ves justo delante de la cara de la modelo están ahí para captar el CO2 que se inhala al respirar. Ese CO2 pasa a través de los tubos hasta llegar a un pequeño depósito en la parte posterior.
En este depósito lo que encuentras es un cultivo de algas que viven gracias al CO2 que reciben y a la luz solar que reciben de forma natural. Las algas van creciendo gracias a tu respiración para que al final, irónicamente, acaben siendo devoradas por la persona que les ha estado dando la vida con su aliento, literalmente.
El diseño viene a cargo de Michael Burton y Michiko Nitta quienes utilizan el invento en una de esas curiosas representaciones ‘artísticas’, donde al final de la obra se les permite a los asistentes que degusten las algas.
Solo parte de un espectáculo casi circense, pero lo inquietante es que la idea funciona y algún prototipo similar (quizás no tan aparatoso) podría llegar a prosperar como sistema alternativo de alimento de masas en una futura Tierra super-poblada. ¿Qué tal suena llevar tu propio cultivo a cuestas? [Link, vía]
Comentarios
Publicar un comentario
Que estas pensando?