Una mujer de 31 años residente en Mónaco acudió al hospital debido a que sufría una arritmia. Los médicos le realizaron un chequeo y constataron otra serie de síntomas extraños difíciles de explicar en su conjunto en condiciones normales, al menos hasta que la mujer confesó: llevaba 16 años sin beber agua, en lugar de eso solo bebía Cocacola, concretamente dos litros diarios. Obviamente, los refrescos de cola llevan agua, pero no es lo mismo.
Algunos de los otros síntomas que presentaba la mujer eran niveles de potasio realmente bajos, alrededor de la mitad de los normales y, además, desmayos sin motivo aparente. Lo llamativo es que la mujer fue incapaz por sí misma de darse cuenta de que beber este tipo de refrescos de forma tan intensiva no puede traer consecuencias buenas. De hecho, no relacionó causa y efecto hasta que los médicos le hablaron claramente. Es fácil imaginar que su adicción le evitaba ver lo que le estaba pasando.
Perfectamente podría haber sido uno de esos casos extraños para el doctor House, porque si la mujer hubiera ocultado este hábito seguramente lo habrían tenido muy difícil a la hora de establecer un diagnóstico claro.
Como es lógico, los médicos se limitaron a prohibirle el consumo de refrescos de cola, además de realizar un informe describiendo este caso excepcional. Lo que no ha trascendido todavía es si la mujer llegó a curarse de sus males volviendo a consumir agua pura (o lo que sea que nos salga del grifo).
Algunos de los otros síntomas que presentaba la mujer eran niveles de potasio realmente bajos, alrededor de la mitad de los normales y, además, desmayos sin motivo aparente. Lo llamativo es que la mujer fue incapaz por sí misma de darse cuenta de que beber este tipo de refrescos de forma tan intensiva no puede traer consecuencias buenas. De hecho, no relacionó causa y efecto hasta que los médicos le hablaron claramente. Es fácil imaginar que su adicción le evitaba ver lo que le estaba pasando.
Perfectamente podría haber sido uno de esos casos extraños para el doctor House, porque si la mujer hubiera ocultado este hábito seguramente lo habrían tenido muy difícil a la hora de establecer un diagnóstico claro.
Como es lógico, los médicos se limitaron a prohibirle el consumo de refrescos de cola, además de realizar un informe describiendo este caso excepcional. Lo que no ha trascendido todavía es si la mujer llegó a curarse de sus males volviendo a consumir agua pura (o lo que sea que nos salga del grifo).
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