El problema de las ventanas es que cuando las cierras para que no ruido de la calle estás evitando también que entre aire fresco y cuando las abres para que entre aire también se llena tu casa de ruido de la calle. Esto podría acabarse gracias a un nuevo invento que bien podrían haberlo desarrollado hace décadas: las ventanas que dejan pasar aire, pero no el sonido.
El invento llega desde Corea del Sur y lo que hacen estas ventanas básicamente es filtrar el sonido que intente atravesarlas, mientras que el aire fluye libremente. Si te parece algo ‘mágico’ te lo parecerá más cuando descubras que las ventanas están siempre cerradas, es decir, no tienes que preocuparte de abrirlas o cerrarlas porque funcionan de forma automática.
Las ventanas están cubiertas por una serie de agujeros estratégicamente situados a lo largo de toda su superficie. Estos agujeros disponen en su interior de una serie de pequeños módulos que funcionan como pequeñas resistencias. Cuando el sonido intenta atravesar estos módulos se va disipando poco a poco, de forma que no consiguen llegar al otro lado del cristal. Por otro lado, el aire sí puede circular desde un lado hasta el otro.
El diseño está realizado de forma inteligente para absorber lo que definen como sonido malo, y aquí incluyes todos esos ruidos que normalmente no quieres que entren en tu casa, como el que proviene del tráfico o maquinaria.
La idea parece tan buena que incluso quizás sirviera como material aislante para paredes y techos, quizás las ventanas del futuro no lleven bisagras ni marcos con correderas. [Link]
El invento llega desde Corea del Sur y lo que hacen estas ventanas básicamente es filtrar el sonido que intente atravesarlas, mientras que el aire fluye libremente. Si te parece algo ‘mágico’ te lo parecerá más cuando descubras que las ventanas están siempre cerradas, es decir, no tienes que preocuparte de abrirlas o cerrarlas porque funcionan de forma automática.
Las ventanas están cubiertas por una serie de agujeros estratégicamente situados a lo largo de toda su superficie. Estos agujeros disponen en su interior de una serie de pequeños módulos que funcionan como pequeñas resistencias. Cuando el sonido intenta atravesar estos módulos se va disipando poco a poco, de forma que no consiguen llegar al otro lado del cristal. Por otro lado, el aire sí puede circular desde un lado hasta el otro.
El diseño está realizado de forma inteligente para absorber lo que definen como sonido malo, y aquí incluyes todos esos ruidos que normalmente no quieres que entren en tu casa, como el que proviene del tráfico o maquinaria.
La idea parece tan buena que incluso quizás sirviera como material aislante para paredes y techos, quizás las ventanas del futuro no lleven bisagras ni marcos con correderas. [Link]
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