Este tipo de técnicas, de hecho, ya se han utilizado alguna vez en el pasado, pero no hasta el punto en el que se va a aplicar en Fukushima. La idea es generar una gran muralla de hielo alrededor de la central para contener el agua contaminada y que no se filtre al mar ya que, como mucho, ese agua acabaría o bien congelada o bien contenida dentro del muro de hielo sin posibilidad de filtrarse al exterior.
El grosor que está proyectado para la muralla de hielo es realmente impresionante, porque rondaría el kilómetro y medio, ahí es nada. Para conseguir congelar el agua lo que harán será instalar tubos de entre 20 y 40 metros en el suelo en los que se inyectará un líquido congelante, de esa manera el hielo irá generándose alrededor de los tubos hasta que queden comunicados unos con otros.
La cuestión es ¿hasta cuándo sería necesaria esta barrera? ¿serán capaces de mantenerla activa durante todo ese tiempo? Un nuevo temblor de tierra en esa zona del planeta podría derribar literalmente esa barrera de hielo. De momento, el agua alrededor de Fukushima sigue contaminándose y, con ella, los peces.
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