Si alguna vez has visto abierto tu teléfono móvil y tu tablet te habrás dado cuenta de que uno de los elementos internos que ocupan más espacio y pesan más es la batería, ese pequeño dispositivo imprescindible que, encima, resulta que tiene la tendencia a descargarse en el momento más inoportuno. La noticia es que es posible que, en un futuro no muy lejano, los gadgets y ordenadores portátiles vengan todos sin batería porque la energía se almacena directamente en un cable, así como suena.
En la Universidad Central de Florida están desarrollando una tecnología que puede revolucionar el mundo tecnológico tal como lo conocemos. Los investigadores han conseguido cubrir cables de cobre clásicos con una cubierta fabricada con una aleación a base de nanocilindros.
Tras esa primera capa se añade una segunda de plástico aislante y luego una segunda capa externa de nanocilindros.
El resultado es que cada capa de nanocilindros funciona como un electrodo y el cable acaba convertido en una pila capaz de conservar energía eléctrica. Cuando se libera energía, el cable central de cobre se encarga de transmitir la corriente como lo haría normalmente.
El uso de este cable estaría orientado en principio para mejorar los sistemas internos en coches eléctricos y en tecnología espacial. Lo mejor del invento es que una versión más pequeña permitiría crear cables a escala para utilizar dentro de smartphones y tablets, evitando el uso de baterías tal como las conocemos. Incluso un cable clásico como los USB podrían servir también para almacenar energía eléctrica.
Yendo un paso más allá, los investigadores afirman que podría aplicarse la técnica incluso a materiales textiles, es decir, que una camiseta o unos pantalones podrían hacer la función de baterías para alimentar los gadgets que llevaras encima o para incluso diseñar ropa inteligente. Link
En la Universidad Central de Florida están desarrollando una tecnología que puede revolucionar el mundo tecnológico tal como lo conocemos. Los investigadores han conseguido cubrir cables de cobre clásicos con una cubierta fabricada con una aleación a base de nanocilindros.
Tras esa primera capa se añade una segunda de plástico aislante y luego una segunda capa externa de nanocilindros.
El resultado es que cada capa de nanocilindros funciona como un electrodo y el cable acaba convertido en una pila capaz de conservar energía eléctrica. Cuando se libera energía, el cable central de cobre se encarga de transmitir la corriente como lo haría normalmente.
El uso de este cable estaría orientado en principio para mejorar los sistemas internos en coches eléctricos y en tecnología espacial. Lo mejor del invento es que una versión más pequeña permitiría crear cables a escala para utilizar dentro de smartphones y tablets, evitando el uso de baterías tal como las conocemos. Incluso un cable clásico como los USB podrían servir también para almacenar energía eléctrica.
Yendo un paso más allá, los investigadores afirman que podría aplicarse la técnica incluso a materiales textiles, es decir, que una camiseta o unos pantalones podrían hacer la función de baterías para alimentar los gadgets que llevaras encima o para incluso diseñar ropa inteligente. Link
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