A estas alturas del siglo XXI somos muchos los que esperamos todavía que alguien ponga a la venta algún modelo de coche volador tal como prometían las obras de ciencia-ficción del siglo pasado. Lo único que encuentras de vez en cuando es algún prototipo que no deja de ser una avioneta tradicional a la que puedes recoger las alas. Lo que la empresa Terrafugia propone realmente sí puede considerarse como futurista, porque no solo se trata de un coche que puede volar, sino que además conduce solo, aterriza solo y aparca solo. Chúpate esa, Isaac Asimov.
Lo que puedes ver en la imagen superior no es más que una recreación de la idea que tienen Terrafugia sobre lo que debería ser un coche volador, el TF-X, y lo cierto es que el concepto es bastante curioso además de ser una idea brillante si es que consiguen llevarla a la práctica.
Si te fijas en la imagen, dos mini-alas situadas a cada lado del vehículo terminan en dos cilindros rodeados de unas placas de color negro. Estas placas son en realidad hélices. Cuando el coche está en el suelo, el cilindro se coloca en posición vertical, las alas se despliegan y sirven para impulsar el despegue. Cuando el vehículo está en el aire, las hélices se colocan en posición horizontal para empujar el vehículo hacia delante. Una vez que el vehículo ha tomado impulso las hélices pueden plegarse y dejar que, simplemente, la estructura de las alas planeen en el aire hasta que necesite más impulso, ascender o descender.
El vehículo estaría dotado de un motor híbrido eléctrico y de gasolina de 600 caballos de potencia, dos propulsores a hélice de 300 caballos cada una que ofrecen una velocidad máxima de 300km/h y una autonomía de más de 700 km, que no es poco teniendo en cuenta que volando viajas en línea recta entre dos puntos.
Además iría dotado de un sistema de auto-conducción similar al que encuentras en el ya famoso coche de Google y otros prototipos similares que trabajan marcas como Nissan o éste otro que desarrolla la Universidad de Oxford. Si quieres uno tendrás que esperar para ver un prototipo funcional en la vida real, pero puedes ver cómo funciona en el vídeo de abajo. [Terrafugia, vía]
Ya se sabe que la ciencia-ficción siempre va varios pasos por delante de la ‘ciencia’ oficial, en este caso han tenido que pasar varias décadas para que una idea bastante presente en obras futuristas del siglo pasado llegue a considerarse como real: la hibernación de astronautas durante viajes espaciales para ‘abaratar’ costes por un lado, y para conseguir que el viaje sea lo menos aburrido, ya sabes, estás congelado y cuando te despiertas ya estás en Marte. La idea pudo verse en clásicos como El Planeta de los Simios o Alien, y ahora la NASA parece estar considerando esta opción como válida, alternativa al hecho de que no puedes conseguir (de momento) que una nave salga de La Tierra y llegue a Marte en unas pocas semanas de viaje. A la solución se le llama ‘sueño profundo’, inducida por hipotermia, esto lleva a un proceso de hibernación donde los astrnautas tienen las constantes vitales al mínimo y no necesitan de muchos nutrientes, es decir, aq...
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