Por más que avance la tecnología lo cierto es que muchos inventos actuales no pueden todavía ser capaces de igualar a lo que la Naturaleza ha llevado millones de años perfeccionando. Un ejemplo lo tienes en las capacidades olfativas de muchos animales. La novedad es que los ya famosos perros que trabajan en aeropuertos buscando substancias explosivas podrían quedar substituidos por … abejas.
El uso de abejas para olfatear y localizar material peligroso no es nuevo, ya se han utilizado en la práctica alguna vez para encontrar no solo explosivos, también algunos tipos de drogas, uranio e incluso algunas enfermedades como el cáncer.
Unos científicos croatas están investigando la forma de entrenar literalmente a un grupo de abejas para que realicen este trabajo de forma eficiente. El truco es realmente sencillo: añaden la substancia que quieren programar en las abejas a su comida, de esta forma los insectos crean una asociación entre comida y drogas o explosivos.
La idea de esta investigación es la de encontrar una forma rápida y eficaz de localizar las miles de minas terrestres que todavía se encuentran desperdigadas por territorio croata, aunque lo interesante es que una empresa británica ya está interesada en el estudio y piensa conseguir los derechos para explotar la tecnología comercialmente. Esto significa que, posiblemente, las abejas sean utilizadas en lugares estratégicos para encontrar rastros de material peligroso en aeropuertos, estaciones de tren y demás.
La parte inquietante es el invento en sí mismo: Las abejas son introducidas en máquinas que las introducen en cilindros que acaban dentro de un dispositivo. Solo la cabeza de las abejas queda fuera de los cilindros y unos sensores de infrarrojos detectan si las abejas se excitan al notar el olor de explosivos o drogas. Básicamente, algún tipo de máquina que mezcla electrónica y biología utilizando a las abejas como meros componentes del sistema (Minuto 1:00 del vídeo)
Unos científicos croatas están investigando la forma de entrenar literalmente a un grupo de abejas para que realicen este trabajo de forma eficiente. El truco es realmente sencillo: añaden la substancia que quieren programar en las abejas a su comida, de esta forma los insectos crean una asociación entre comida y drogas o explosivos.
La idea de esta investigación es la de encontrar una forma rápida y eficaz de localizar las miles de minas terrestres que todavía se encuentran desperdigadas por territorio croata, aunque lo interesante es que una empresa británica ya está interesada en el estudio y piensa conseguir los derechos para explotar la tecnología comercialmente. Esto significa que, posiblemente, las abejas sean utilizadas en lugares estratégicos para encontrar rastros de material peligroso en aeropuertos, estaciones de tren y demás.
La parte inquietante es el invento en sí mismo: Las abejas son introducidas en máquinas que las introducen en cilindros que acaban dentro de un dispositivo. Solo la cabeza de las abejas queda fuera de los cilindros y unos sensores de infrarrojos detectan si las abejas se excitan al notar el olor de explosivos o drogas. Básicamente, algún tipo de máquina que mezcla electrónica y biología utilizando a las abejas como meros componentes del sistema (Minuto 1:00 del vídeo)
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