La Armada de EEUU parece estar interesada en que sus barcos de guerra no tengan que depender del suministro de petróleo para funcionar, así que han pensado que sería buena idea que sus buques funcionen aprovechando de alguna manera aquél recurso que les rodea habitualmente: el agua de los océanos.
El desarrollo de esta tecnología ya dispone de fondos suficientes para que el Laboratorio de Investigación Naval del país norteamericano se ponga manos a la obra y se basa en conseguir obtener algún tipo de combustible directamente del agua de mar, es decir, imagina obtener ‘gasolina’ del agua. ¿Increíble? Parece que no tanto.
En principio, la parte técnica del invento se basa en tres grandes celdas que se rellenan de agua de mar. A partir de aquí se producen dos procesos diferentes.
Del agua de una de las celdas se obtiene una cantidad de dióxido de carbono especialmente concentrado. Este dióxido de carbono se utiliza para conseguir extraer hidrógeno del agua que se encuentra de otra de las celdas.
A partir de aquí uno podría pensar que el hidrógeno obtenido sirve como fuente de energía, pero no es así. En la tercera celda se aplica un catalizador basado en hierro sobre el hidrógeno que es capaz de convertir los gases en olefinas … básicamente hidrocarburos, es decir, prácticamente gasolina.
Si estás pensando que a partir de aquí se acabó el negocio del petróleo, parece que de momento no será así, porque el coste económico para conseguir un litro de este combustible es prácticamente el mismo que el precio de la gasolina. Aun así, si esta tecnología se popularizara obviamente se reducirían los costes, por no mencionar que gracias a este invento un barco podrá cruzar los mares de forma ilimitada sin tener que repostar. [Link]
El desarrollo de esta tecnología ya dispone de fondos suficientes para que el Laboratorio de Investigación Naval del país norteamericano se ponga manos a la obra y se basa en conseguir obtener algún tipo de combustible directamente del agua de mar, es decir, imagina obtener ‘gasolina’ del agua. ¿Increíble? Parece que no tanto.
En principio, la parte técnica del invento se basa en tres grandes celdas que se rellenan de agua de mar. A partir de aquí se producen dos procesos diferentes.
Del agua de una de las celdas se obtiene una cantidad de dióxido de carbono especialmente concentrado. Este dióxido de carbono se utiliza para conseguir extraer hidrógeno del agua que se encuentra de otra de las celdas.
A partir de aquí uno podría pensar que el hidrógeno obtenido sirve como fuente de energía, pero no es así. En la tercera celda se aplica un catalizador basado en hierro sobre el hidrógeno que es capaz de convertir los gases en olefinas … básicamente hidrocarburos, es decir, prácticamente gasolina.
Si estás pensando que a partir de aquí se acabó el negocio del petróleo, parece que de momento no será así, porque el coste económico para conseguir un litro de este combustible es prácticamente el mismo que el precio de la gasolina. Aun así, si esta tecnología se popularizara obviamente se reducirían los costes, por no mencionar que gracias a este invento un barco podrá cruzar los mares de forma ilimitada sin tener que repostar. [Link]
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